¡Censura!

¡Censura!

Se cumplen ahora tres años, pero los amantes de la música en directo y más concretamente los residentes en Castalla (Alicante) y su comarca y seguidores, además, de grupos con Pellikana, no pueden olvidar el incidente que calificaron de censura cuando, en el acto final de unas jornadas sobre escuelas valencianas celebradas en la localidad se les presentaron agentes de la Policía Local para indicarles que “no era posible que tocaran” ante un público que esperaba con expectación la actuación de sus paisanos.

Los integrantes del grupo, preguntados por esta redacción, no llegaron a comprender las excusas que les dieron para impedir su actuación pública, levantando una sospechosa de restricción a la libertad de expresión que las autoridades locales de Castalla, cuyo ayuntamiento está gobernado por el PP, achacaron a la falta de tiempo dentro de una “apretada agenda” para un acto más, la fiesta final de unas jornadas en las que participaron cientos de personas llegadas desde muy diversos puntos de la Comunidad Valenciana. De hecho, el grupo estampó la palabra “censurado” sobre los carteles que anunciaban su actuación como puede verse en la ilustración. (Como en todas las demás, pincha sobre ella para verla más grande).

Pellikana practica un rock tendente al ska con la particularidad de cantar sus letras en valenciano e incluir instrumentos autóctonos como la xaramita en algunas de sus composiciones. Aunque, como otros muchos a los que intentamos “dar cobijo” en la ibisí, se trata de un grupo modesto que graba sus propias maquetas y lo hacen con la mayor calidad que le es posible. Algunas de sus canciones suenan habitualmente en nuestra radio streaming, especialmente en las sesiones nocturnas de viernes y sábados que bajo el título genérico de “Barra Libre” constituyen las sesiones más transgresoras y “golfas” de la ibisí.

Pellikana ofrece un directo muy divertido y contagioso muy recomendable, sobre todo, para el público demandante de buena marcha, buen ritmo y contenidos oportunos.